¡Imbabura, Inmortal Ciclópeo!
¡Cuántos secretos compartes con el cosmos!
La Ciudad se yergue, por ti, protegida.
Desde mi ventana, las nubes descansan sobre tu regazo.
En tus lagos beben, estrellas caídas de la providencia,
Saciadas, se esfuman
en el espacio ilimitado de tu nombre .
Hablas en tus orillas,
con el lenguaje comprensible de la historia, desde tus ancestros.
Ahora la observas, sin lava ni fuegos,
callado, tranquilo,
solo en el recuerdo, eterno presente,
imagen sublime que repta hacia el cielo, en busca de Dios,
para reencontrarte, entre los misterios de la creación
que te dio la vida,
que hoy derramas en pedazos blancos,
sobre el suelo
que con orgullo piso
¡Ciclópeo, Imbabura!