Quise saber que la mar en su brabura se podía navegar,
la sorpresa que estabas como río que alegría la mía,
que hasta la luna salió en todo su esplendor,
y la red tirada al ver si caía algún pez,
comenzó a llover con viento del norte,
esa noche comprobé que en la mar es cosa seria,
que hasta rezaba para que Dios calme esa brabura en la mar
y de pesca nada de nada hay noches de encanto,
y otro de mucha pena y sufrimiento,
pero cuando hay buena pesca se olvida todo el sufrimiento
se llega a puerto se goza de lo bueno de un marisco fresco
y del el amor que en casa espera alegremente que su amado llego a puerto.