Tengo miedo a recoger la pluma,
a mojarla en la tinta de mi alma
y emborronar los papeles de la vida
con la mano febril y alucinada.
Tengo miedo a destapar el arca
y que salgan de ella los demonios,
los miedos, los temores, las quimeras,
las mentiras, los celos y los odios.
Tengo miedo a pensar, a abrir los ojos,
a creer, a sentir, a abrir la boca
y a zarpazos y fieras dentelladas
voy cavando mi tumba entre las rocas.
Tengo miedo a que se abran los postigos
y la luz me refleje en el espejo
y me enfrente a un traidor, a un embustero
a un cobarde, a un tahúr, a un pobre viejo.