Siempre espero el final del día
Y para ello me guio del ingrato reloj,
Espero a que den las 12 de la madrugada.
Espero a que se de esa hora exactamente
Para dejar mi alma salir por mi boca
Mientras lanzo un grito
De mi desfortuna
Dejo salir mi alma
Digamos que ese es mi real yo
Solo soy un pedazo de energía atrapado
En esta piel desagradable.
Con ojos que ven extraterrestres todos los días.
Extraterrestres pobres y empresarios
Ambos preocupados y miserables de su vida rutinaria.
Y los ladrones que sufren la gota de sudor.
Y los artistas que lloran todos los días por su mala elección
Y empiezan a odiar a la gente, y esta que no les interesa el arte
Lo más mínimo, y solo atinan a compararte con otros
O miran y no hablan.
Después de las doce
Me voy de madrugada caminando por las calles,
Viendo las casas de mí cuadra
Observo luces prendidas, y gritos y amenazas y sombras
Maridos borrachos
Que lanzan botellas a sus mujeres
Que revientan en las paredes y despiertan a los niños.
Y yo aguantando las ganas, para no romper las ventanas
Y dejar que los vidrios corten mi piel.
Sigo de madruga, pero, camino sin alma
Soy dos personas
La energía y el cuerpo,
El cuerpo es carne en plena putrefacción,
El espíritu es eterno, pero es solitario
Pero en este caso rompo las reglas de los dioses
Y después de arrancar mi alma de mí, y botarla como basura
Luego pisarla en el piso, gritando mi mala suerte al cielo vacío
Me voy solo.
Solo por las calles, escuchando los aullidos de la noche.