De la caricia mustia
a la tenue sonrisa.
Llevo tu nombre a la maleta nuevamente
para que no se arrugue en el camino.
Tus ojos reconocen el momento
y tu boca pronuncia un \"no te vayas\".
Tu nombre está empacado.
Tu recuerdo se instala cómodamente
en mi mente. El camino es muy largo.
Mis manos quieren hablarte
una vez más.
Te alejas. Yo me alejo.
Poco a poco te pierdes
ante mis ojos que se cierran.
Sé que nos volveremos
a ver en unos días
y sin embargo me muero.
Te amo, escribo esto.
Hora de ser estatua nuevamente.