Hoy necesito que me ames con los poros abiertos,
que me abraces hasta fundirme contigo,
hasta que mis pechos se claven en tu pecho
y tu corazón estalle junto al mío.
Hoy necesito que me quieras como se quiere a un niño
que me beses los ojos que acaricies mis manos con tus manos de seda
que bautices tu alma en el agua de mis lágrimas
que me mires con el cariño inmenso con que un día lo hiciste.
Hoy necesito escapar de mí misma,
guarecerme en tu amor como el refugio último,
velar en la capilla de tus piernas de roble
las armas de mi deseo templadas por la sangre y el fuego,
que susurres a mi oído tus cálidas mentiras,
que me engañen tus manos inventando caricias
y tus besos rastreen la pista de mis fuentes sin hollarlas.
Hoy necesito amarte más que nunca,
antes de pedirte que te vayas por siempre,
para guardar una prenda de lo que un día fuiste,
por esos años en que, acaso, me amaste con locura.
Apaga las luces y rodemos tiempo abajo
hasta estrellarnos contra los fríos glaciares del olvido.
SHEMIRRAMIS