Abro los ojos y los veo pasar
dejando acerbo rastro
en las calles de tu rostro,
y silbando en el silencio
que dejan tus labios en un soplo.
Ellos surcan como chispas
los cabellos otoñales,
prendiendo ojos infinitos
en esta seca noche acallada.
hoy los he visto,
he visto como venían a posarse
tímidamente
en las delgadas ramas
que sujetas en el cielo,
altas como la brisa,
pero perdidas en mi anhelo.
Y tantas vueltas han dado
sin saber del viento,
sin ni siquiera saber
hacia donde quedan tus miedos.
Así volamos,
en círculos,
sin constancia del tiempo,
pero con sed aflojar el vuelo,
con ganas de tocar tus manos,
para dejar por siempre las alas,
que solo me muevan tus besos.