Mientras él besaba cada centímetro de su piel,
entregando ternura, afecto, pasión y amor;
ella no entendía el porque de tanta fascinación,
por los besos que se le eran dados.
Tampoco comprendía que solo besos y caricias recibía de él,
al final dejo entrever y le hizo entender;
es un manto de amor y protección,
que le daría cada vez que se hicieran el amor.
Se confundían sus besos con las caricias del viento al amanecer,
entre sábanas y roces de su piel,
las cenizas de una noche ardiente,
se disipaban con el tropel de ese amanecer.