Nací en un día frío de invierno
Lo que sentí al abrir mis ojos,
Soledad, cual ciervo abandonado,
Recibiendo las dádivas crecí,
Cargué piedra a piedra
Para forjar los cimientos
Del sinuoso y largo sendero.
El sudor corrió por mi frente
Mis manos despellejadas
Mi frágiles pies encallecidos
Mi columna partida y rota
De cargar el peso de los traumas
Aveces sigo mis instintos .
Todo vale en esta vida
Lucho contra mi temores
El miedo compañero me abraza
Caigo y me vuelvo a levantar
Me tiran piedras y escupitajos
Y envenenaron mi alma de odio
El rencor se apoderó de mí.
Solo una vez dí amor puro
Y me espesaron el alma
conozco una fugaz sonrisa
Solo una ,en toda la vida.
Aquí me encuentro vestida
Mi traje tejido de pesante hierro
Pueden ver mis ojos
Reflejo de mirada rota y vaga.
Dentro encontrarás mi corazón,
Pétreo y frío pero late
Y el agujero de vieja herida,
Pero encierra nobles sentimientos,
Mis laboriosas manos envejecidás
Llenas de suaves caricias
que jamás pude volver a dar.
Entrañas de calidez intensa
Contiene una pequeña esquirla de brasa
Espera una ráfaga de viento,
Piel marchita tibia y abrigadora
Protectora cuál leona celosa.
Cierro mis ojos para soñar,
Solo recuerdos negros de tantos
marcados días lúgubres
Me encuentro a punto de caer,
al hondo agujero negro.
El sol no brilla para mí,
Lo veo centellear a lo lejos,
Lo quiero alcanzar
Y cae una contenida lágrima negra,
Que rueda en mi rostro
La bebo... amarga y suspiro.