Amiga, tus consejos destilan té de tilo,
relajan las espinas que dejan las verdades
fermentos de otros tiempos, mis dulces mocedades,
son gotas de un sedante que colma lo tranquilo.
¡Calla, no rasgues más mi sombra…ni mi estilo!
¿Que soy la misma Torre de Pisa y sus edades
en esta posa oscura de tantas soledades?
¿Que puedo aún posar como Venus de Milo?
Llegar el sol no puede por donde me acapullo
consumo mis pupilas, ya ciegan muy deshechas,
de plomo son las nubes que tapan mis vestechas.
¡Pervive en mí su aroma, por ser primer capullo
con solo su recuerdo percibo que me arrullo
y vibran hoy mis carnes en tan perennes flechas!