Vio la noche desde los cielos llegar
el azul del relámpago,
eterno espíritu del desastre.
¿De dónde viene? ¿Quién lo ha enviado?
Nace de la garganta del infinito,
donde inexistente son las oscuras tinieblas,
y el día es día de acerada maravilla
con arpas vertiendo en su pecho
chispas que ardientes forman luceros.
Un semejante en forma de piedra de jaspe,
con acero bruñido resplandeciente
y los ojos feroces como la viva llama;
del norte lo ha enviado
únicamente, flechado la piel de la tierra.