-
Esta certeza de extrañarte,
de imaginarte,
en el perfil inquieto de una rosa
magullada por el viento,
sacudiendo pétalos por el suelo.
-
Y te digo, que te apareces
así de repente, en mis miedos
de esta bronca por negarte,
por negarme
a seguirte teniendo.
-
Quizás la obsesión
no sé; la letanía inmadura
negada, ultrajada por el tiempo,
de esperarte sin quererlo
de desearte sin pensarlo.
-
Y hay tanta certeza en mi desconsuelo
que he buscado herirme
por caminos inciertos,
salpicándome de silencios,
oscureciéndote en ellos.
-
Pero sigues estando,
permaneces en imágenes
y te afirmas en mis anhelos;
te llegas sin quererlo, sin desearlo,
en esta certeza de extrañarte. -
-