Pol Pot, el rostro del textil.
El prejuicio hacia Pol Pot por parte de occidente nos da la razón a los que lo admiramos. Sobre todo cuando vemos a la guardia civil, jueces, las hijas góticas de Zapatero, canis, maricas, lesbianas, gitanos, nazis...incluso supongo que yo, vestidos con ropas de Inditex, el corte inglés, zara, mago....
Se necesita a gente como Pol Pot, Amancio Ortega, Mariano Rajoy, Felipe VI. Hombres capaces de no juzgar el dolor y el sufrimiento de los pueblos a la hora de conseguir un objetivo. Sea este bueno como en el caso de Pol Pot, o malo como en el resto de personajes. Pero al fin y al cabo, un objetivo es un objetivo, sea bueno o malo, y para conseguirlo es necesario empresarios, diplomáticos, presidentes de gobierno, que tengan el valor de buscar inversiones en los lugares más oscuros del mundo, donde se puedan desplegar los instintos más primarios de los accionistas y no se escuchen los gritos de los muertos, ni las voces atormentadas de las gentes del lugar convertidos en esclavos.
La colonización de un territorio.
La implantación de fabricas,
la deslocalización.
Se necesita un método para abrirse paso,
se necesita un método contundente para acabar con la resistencia y lograr ese objetivo.
Acabar con su pequeño mundo de chinos, de camboyanos, de vietnamitas.
Acabar con sus ríos, con sus bosques, con sus árboles.
Se necesita un método para abrirse paso.
Se necesita gente de voluntad firme que emplee métodos mucho más siniestros que cualquier grupo terrorista conocido para abrirse paso entre un grupo humano desconocido al que se quiere esclavizar.
Causar el horror moral.
El horror físico.
El horror mental.
Y con las palabras retorcer los hechos, hacer de todo ello que suene a progreso.
Condecorar a empresas heroicas como corte inglés, a Amancio Ortega, por todas las vidas que quitan.
Para ello se necesita gente con método y voluntad.
voluntad y método.
Gente capaz de razonar moralmente ante la opinión publica en occidente y actuar en la selva como animales.
Voluntad y método.
El horror.
Causar el terror.
Recuerdo que ayer, antes de escribir esto, estaba llorando viendo como empresas españolas le quemaban la cara a unas chiquillas camboyanas de una pobre aldea. Se abrasaban el rostro con el aire que respiraban cortando el textil, y pensé:
¿ qué horror?
Luego recordé, no se muy bien el motivo, a unas chicas chonis de barrio comprando en Mango de vall´d uixó.
Yo salía del ayuntamiento de desayunar café por 30 céntimos de la máquina.
Mango está frente al ayuntamiento de vall´d uixó y suelo desayunar frente al Mango.
El caso es que llamó mi atención estas chicas que gritaban como putas en la puerta excitadas con la ropa por qué iban a parecer más putas de lo que realmente eran.
Mientras lloraba viendo el documental me vinó esto a la mente.
Un momento Angelillo, ( me dije) lo que estás viendo no es una atrocidad, es genialidad, ¿ y si a esas chicas de mango de tu pueblo les hicieran lo mismo? ¿ No te parecería acaso bien?
Acaso no hacen bien los empresarios locales del zapato de vall ´d uixó llevando a repuntar las pieles y las suelas a las casas donde las mujeres cobran un euro por hora y reciben amenazas de que todavía deben ajustar precios y las desbordan de faena.
Hace falta alguien como Pol Pot en España.
Alguien que no tenga miedo de desatar los instintos básicos contra el capitalismo.
Que haga el cambio que necesitamos con una voluntad firme y decidida.
Que pisotee las vidas de los que viven demasiado bien.
Angelillo de uixó.