No digas una palabra,
Sólo desnuda tu cuerpo.
Quiero sentir en mi carne
La suavidad de tus senos,
Que ya hablarán nuestras manos
En cuanto nos desnudemos.
Túmbate y dame tu vientre,
Que yo el mío te lo ofrendo
En el altar de la noche
Que cubre el frío del lecho.
No quiero que abras la boca
Si no es para darme besos,
Si no es para agradecerme
Todo lo que te deseo.
Ábreme, por Dios, la puerta
Que me conduzca a tu cielo,
Déjame encajar mis fauces
En el umbral de tu cuello.
En fin, no digas que no,
Ni que sí, guarda silencio
Que nos estamos amando
Sólo para odiarnos luego.