Me refugié en la tentación de un beso
que llevó a mi mano tu boca viajera,
y solo un beso empuñado, solo eso,
quedó mientras te imaginé prisionera.
Me dijiste “aguarda, vendré a buscarte…”,
y yo cautivo, tras el beso, te creí,
mas ha muerto la esperanza de amarte…
Abriendo mi mano te veré partir.
Hoy, pensando en tu olvido, te aborrezco,
y aún no sé si es mi mano quien provoca,
esta ilusión de sentir que apetezco
el beso que nunca pondrás en mi boca.
De \"ENTRE MOLDURAS Y EL VIENTO\"
San José de Guaribe, Edo. Guárico - Venezuela