Mientras su voz va haciéndome el amor
voy llorando aquel amargo recuerdo;
embriagando mi deseo en dolor
dentro de un mundo onírico, me pierdo.
Le sentí mía al darme su pudor.
Me mató al romper el celoso acuerdo.
Matando este pobre hombre soñador
en este frío pozo, el honor muerdo.
Pero aquella maldita sigue siendo
dueña de mis días y mis deseos.
De mi amor con maldad continua riendo.
La burla, seguir esto desmintiendo;
Y aún me trata como uno de sus reos.
Pero no importa, le sigo creyendo.