Donaciano Bueno

¡Pobre humanidad!

Se oyen sones, timbales y gritos
cual si fuera a explotar la fanfarria
y en el juego viral de pandarria
enardecen fuegos inauditos.

Amenazan tambores de guerra
en las trémulas aguas fecales
donde ríos rugen a raudales
que amenazan la faz de la tierra.

Cada cual adora a un dios distinto,
sólo velan por sus intereses
evitando al gozar de sus mieses
que otros beban mismo vino tinto.

Tenebrosas las luces se apagan
imposible es aunar esperanzas,
cada uno bailará sus danzas
que a su orgullo y a su ego le halagan.

Todos quieren ser muy diferentes,
que se aprecien distintos de al lado.
Mientras siga habiendo este pecado
condenadas serán nuestras gentes.
©donaciano bueno

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