Una semana hace que tú y yo
no estamos juntos.
Me agradaría saber qué es lo que sientes
en tu corazón ahora.
¿Tendrás la misma pena
que tengo yo en mi alma?
No deseo ver televisión.
No quiero leer.
Me aturde escuchar ruidos.
Me espantan los fuertes sonidos
que escucho existen en la calle.
Me siento como perdido.
Tengo tan profunda tristeza,
que tan sólo deseo poder dormir...
Pero no logro por muchas horas,
sino que duermo tan poco...
siempre pensando en ti.
¿Pensarás tú en mí?
Hace una semana sin tener noticias...
y mi corazón se va debilitando...
Pero si llegase a pensar
que esto ha de llevarme
a la muerte, no le temo.
Ya a nada temo.
He fortalecido mis miedos.
Los días pasan lentos...
interminables, ociosos...
Lo que no puedo,
es aceptar esta realidad, tu ausencia...
Sé que debo aceptarla.
Hay que respetar las decisiones.
Si ésta es la tuya, sea.
No debo pecar de egoísta.
No debo obligarte ni forzarte
que vuelvas a mí, si no lo sientes...
Hace una semana que vivo
en una eterna soledad,
pero, Dios vive en mí,
y por ello he de vivir
con fe y optimismo,
y sentirme muy, pero muy feliz...
aunque mi alma llore.
Hugo Emilio Ocanto
23/02/2016