La Última Carcajada del Diablo..
Sentado frente a su conciencia
que de damisela vestía,
con azabache y larga cabellera
que necio el viento le movía,
pues ella en su candor vivía,
mientras él en una vida fría...
con ojos inquisidores
y labios de rubí cerrados
observábale ella paciente,
curiosa, sin enojo, sin ira...
mirole de arriba abajo
buscando lo que en él había,
maldad, traición o engaño
o la simpleza de una vida fría.
Angustiado, preocupado,
su última oportunidad pedía,
de demostrarle a su conciencia
que en él el bien había...
mientras entre sablazo y sablazo
de la conciencia al diablo,
éste entre quimeras y realidades,
en su mente se confundía,
recordando lo que tanta vida le había dado,
el arrebato de inocencias,
amores falsos sembrados,
el mundo que ofrecía,
con dominios inimaginados,,
lujuria simple escondida
entre frases que decían y no decían,
que gobernaba con su egoísmo,
pues todo era falso,
solo en él pensaba
jamás en el mundo incauto,
vanidad de vanidades,
pecar sin sentir pecado...
Nervioso se reía, de las risas de su pasado...
no entendía ser juzgado
por aquella que al frente tenía,
que le ordenaba y castigaba
con dulce voz y extrema lascivia...
el amor era su juego,
de él, del pobre diablo,
ahora ante ella su mirada inclinaba,
temiendo dejar de ser.
lo que tanto disfrutaba...
para poder servirle a ella,
a su conciencia amada,
de larga y azabache cabellera
de labios de rubí pintados,
que su vida gobernaba,
porque él jugando se la había dado.
Pobre diablo... hoy solo recuerda
cómo se carcajeaba,
y esbozando una triste sonrisa,
rodó por su mejilla
una negra lágrima,
con la que despedía,
su última carcajada...
No hay demonio que sobreviva,
al amor que se hace mujer,
menos a la que se ha entrenado
para gobernar la vida de quien a diablo jugó ser.
Marlene Carrillo Vela