Y nos sorprendió el alba,
nuestros cuerpos inertes
tendidos en la arena,
reflejando la fatiga de
una larga noche de pasión;
Y el mar, testigo silente de
nuestro acto de amor,
diluía entre sus olas la tenue
mancha escarlata que
quedaba en la arena,
único vestigio
de tu primera vez.