María

LIBRANDO

 

La niña que no fui duerme mientras  intento jugar con risas pasadas que sola no encuentro

 

La niña que no fui busca salvarme

 

Quiero darle la mano, pero no la alcanzo

 

Tiene ojos vivaces y confianzas blancas

 

Nos separan mares nublados

 

Voy a cuidarla de mí, tengo que llevarla al jardín que una vez me esperaba

 

Y asegurarla será la forma de que no muera mi alma acabada.