No tengo oro ni plata
ni riquezas por montón
pero en este momento
de lo que tengo te doy.
En el nombre de Jesús
el que llaman nazaréno
recibe lo que el me ha dado
su poder bendito y bueno
Esto decían Juan y Pedro
a un cojo que en aquel templo
estendía sus manítos
por un poco de sustento.
La unción y la sanación
el recibío por completo
y saltando de alegría
dentro con ellos al templo.
Todo el pueblo lo miro
alabar al Dios del cielo
sabiendo que era cojo
y sintieron espanto y miedo.
Así ocurrían los milagros
aya por aquellos tiempos
y hasta con la sombra de pedro
se sanaban los enfermos.
Y hasta el día de hoy
todavía esta sucediendo
el que crea en el Señor.
sanidad va recibiendo.