Débil si mis brazos la perdieron,
si ahora quien me abraza es la tiniebla,
arrancó el ancla mía que anudaba a su corazón
débil cuando quiero estar y sin saberlo quiere hacerme frágil.
Fallecido, postrado a tumbas que aún no existen en mi nombre,
ya se alzan los ruidos de la muerte cuando la perdí,
para que ocultarme bajo el silencio inmenso
de los abismos bajo las cumbres si estoy vivo.
Débil hecho escombros como la piel de hielo de los ríos
cuando llega el verano en su llamarada,
quise abrigarme en el recuerdo que fue de rosas,
fluyó, partió, se escapa el simple adiós de mi cabeza.
Como olvidar si en olvidos recuerdo el día en que se marchó,
se perdió su sombra en el horizonte aun cuando la perseguía,
se han escapado mis ojos para buscarla sin hallarla,
ciego estando viva la mirada cuando niego ver la realidad.
¿Y que puedo hacer? ¿vivir de lo que fue o creer en lo que es?
creer que el llanto moribundo prevalece
es vivir pensando que el sol se apaga con mis lágrimas,
ya no puedo inventar otro universo cuando el mío se extingue.
Anidame en tus alas, nubes excursionistas
y si mis pasos transcurren en la fragilidad
no quiero lanzar mis redes a mares tempestuosos,
débil cuando quiero estar y sin saberlo quiere hacerme frágil.