Nada es nada
si no queda nada;
nada queda
si no queda nada
de nada,
Si te quedas sin nada
es que nada queda,
o lo que es lo mismo
no queda nada
cuando nada queda.
Por tu culpa
perdí mis ojos, mi alma, lo perdí todo
y para ese pecado no hay castigo
suficiente, ni ningún remedio
que me devuelva el amor perdido.
Ni el espejo me refleja,
no soy nada;
cuando me haya muerto
líbrame tan solo
de esa nada que me queda.