Pero, adónde iré?
Si la luna es una taberna roja,
todo el cielo desplumado,
y las calles ya no son aquellos labios
que besaban mi traje gris en las auroras ?
La noche está allí, inventándome.
Yo que soñé con barcos apacibles,
ahora un domingo de cal es mi trofeo.
Sólo espero pan y gracia.
El tiempo es corto.
Cuando golpeen a mi puerta, errante,
trataré de huír.
G.C.
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