Plátano, a veces le llaman banana,
postre en la tarde a los gemelos,
aún la mente infantil anda volando,
la herencia instintiva sigue presente,
los adultos la hemos encadenado.
A media tarde, estómago con hambre,
a cualquier niño, ofrécele dulces,
te regalará gritos y sonrisas,
la fruta es dulce y muy saludable,
¿Qué das a tus pequeños, dulce o frutas?.
-¡Abuelito, tenemos ganas de algo!-.
Su mamá les dejó sabrosos plátanos.
-Déjame verlos, a ver si me gustan-.
La otra voz habla, -Ya los vi, están muy grandes-.
-Están con manchas-, dice la primera voz.
-Y muy grandes- responde segunda voz.
Las manchas son, contesta el abuelito,
como las que tienen personas mayores,
en plátanos, señal que están maduros,
listos para comerse y buen sabor.
-Humm-, dice uno a su hermano, -¿los comemos?-.
-Son grandes-, contesta, -solo la mitad-.
Abuelito, córtalo para los dos-.
-Saben sabroso, ¿de donde vienen?-.
-Del super, mi mamá los va traer de allí-.
-Abue...¿me puedes dar otro pedazo?-.
-Yo no, quiero mejor una galleta-.
Tu te comes una parte, yo la otra,
y a tu hermano le doy una galletita.
¡Mamá, comimos plátano y galletas!
EL POETA DEL AMOR. 25-02-16.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO