Y allí... entre el mar enfurecido te encontré en sosegada calma pero profundamente perdido, envuelto en la brisa del ayer un poco desvanecido, vuelves a sentir ese sentimiento fantasma que yo he sentido, que nos une en un solo ser para dejar de estar divididos, un futuro que no se ha decidido, tiene que ver con el presente de nuestro haber existido, hoy realmente te he escuchado y te he entendido, tus latidos me han llegado con ráfagas del norte helado, fuertemente me han explicado que hay que vivir el presente y no estar al pasado encadenado; he querido ser fuerte pero mi alma se ha derrumbado... ¿qué tenemos en lo anteriormente citado?, algo inexistente con lo que fantasea mi extraña mente que extrañamente sigue pensando en volver a citarte para intentar verte, bajo la condena de no hablarte, simplemente hacerlo por un solo tema que es tu arte, dime si no hay veces que te gustaría escaparte, saber que se siente cuando la mirada empiece a rozarte, que los sueños sin almohada se volvieran reales y nos sacaran de esta nada que nos ciega y a la suerte deja nuestras almas abandonadas, dime que todo es real, que es una conexión verdadera aún que no sea ideal, fatal sistema si escribir no es tu lema, no puedo evitar que mi alma tema no saber descifrar tu expresión en el arte que corre por tus venas, diferente poeta que no se envenena con versos que piensa que no merecen la pena, donde tu indiferencia me deja ajena a toda cordura, y escribo la oda a la locura que ni se pasa ni se cura, redacto poemas con besos un poco abstractos, contigo no existen pactos ni promesas, pusiste las cartas en la mesa pero no me adapto porque de verdad que pesan en tu olvido, te lo dice esta vieja que el tiempo no la aleja de lo que por tí ha sentido, aprendí bien la moraleja, esa que dejó dos poetas malheridos.