Fuí como un caracol,
metida siempre en mi casa,
rodeada de una coraza,
para no mirar el exterior.
No se puede vivir de sueños
y puede ser dura la realidad,
fabricaré alas de mariposa,
para echarme a volar.
Admirar el hermoso sol,
la luna y las estrellas,
que el Señor nos ha regalado,
para hacer la vida mas bella.
Estar siempre encerrada,
hace perder el dón,
de conocer gente hermosa
y admirar la creación.
Mejor dejar la coraza
y convertirse en mariposa,
que volando se ve mejor,
la belleza de una rosa
y la melodía amorosa,
que el universo nos regala.
A los sueños ponerle alas
y animarse a volar,
y así ir aprendiendo,
a conjugar el verbo amar.
Maria Hodunok.