En el silencio de la noche me encuentro.
la contemplo y acaricio; la admiro entre mi piel.
La oscuridad no es distracción
entre tu mirada y la mìa.
El silencio crece en la profundidad de mi pecho.
Exclamo desde mi alma: ¿En donde me sumerjo?
¡Dios invade mi alma con tu bondad!
¡No quiero ser nunca cómplice de esta maldad!
Hierve mi alma.
Se brotan mis inconstancias
Y el tiempo se me acaba.