Expulsado de mi habitat natural por mala conducta
me colgué del ala de un triste avión nocturno
cuando lo ángeles de la guardia estaban distraidos
por la terrible muerte del Presidente de la República.
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Sin un centavo en mi bolsillos agujereados por palabras traidoras
atravezé cordilleras ariscas y océanos despóticos
en cuclillas y con las manos en la nuca
hasta llegar desesperanzado a mi destino El Gran Viejo Mundo.
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Aquí caminé siglos por calles anónimas y ajenas
sin encontrar un rincón donde descansar mis huesos
revolcándome en alcantarillas infectadas por ilusiones
y desayunando viejos vientos cansados y ecos de conquistadores.
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Trepé por el mapamundi cual araña profesional
es decir subiendo cayendo y volviendo a subir
lamiendo a hurtadillas a mujeres multicolores
y sudando pesadillas históricas en faenas inútiles.
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Y aquí voy ahora todavía caminando
escuchando a veces los suspiros de mi país
a través de colosales hilos de fibras virtuales
sin tener idea de como terminará esta historia.
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Arte visual: Ian Welden.