Querida vida afligida.
Decanto mi suerte en cada salida.
Pupilas ardientes clavando mi partida.
¿Quién dijera que de las palabras el tiempo se olvida?
Pues gustosamente comprobando.
Teniendo la suerte y placer en reflexionar lo.
Sin que llenen mi corazón de arañazos.
Sin que nublen mis ojos de añoranza.
Sólo la incertidumbre del tiempo vaga con mis esperanzas.
¿Por qué quisiera llegar tan lejos?
Sin dejar que el tiempo hiciera viejo.
Quizás la vida no esté hecha para todos.
Vivir el instante sin miedo.
Los que disfrutan ahora
Son los que más sintieron.
Y estuvieron en el lodo.
Sudando por cada poro.
Las más necias estupideces cometidas.
Que de no a verlas encontrado.
No hubieran encajado
Las piezas de esa partida.
Piezas de aquel molde
al que sin duda pertenecía.