Una rosa es vecina
de un rojo clavel
y con sus espinas
lo pinchó sin querer.
.
El pobre clavel
estaba tan sonriente
y esa espina cruel
lo atacó de repente.
.
¡Ay rosa! ¿Qué hiciste?
ten más cuidado
que al clavel muy triste
lo has ensangrentado.
--------------
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela