Raquelinamor

CUENTO DEL AMOR FANTASMA


Tan cierto como que nunca conocí su rostro, no fueron sus ojos, ni su cuerpo, ni sus manos lo que nos unió, no hubo miradas, no hubo nada tangible, cónsono a la realidad humana. Pero, a pesar de eso, conocí su ser, su espíritu mejor que nadie, lo acaricié y abracé mil veces con los ojos invisibles del alma. Interminables fueron las noches pensando en cómo sería su rostro, en las historias que contaba de su paso transitorio, por el viaje obligado de la vida, cuando rayaba el ocaso, siempre hube leído con atención cada palabra del encuentro, sin saber el idioma me esforzaba, por las noches buscaba traducirlas y conocer su pensamiento.


Así conocí un fantasma y lo llevé hasta mis sueños, donde escuchaba su voz balbuceando versos y buscaba en ellos ver su cara y solo aparecían unos labios que hablaban incansables de su dolor y acusaba soledades, No! nunca supe nada, por ejemplo, que en alas del infinito viajaba aquella dama que fuera su compañera la vida entera, y llegué a amar aquel espíritu tan solitario y sufrido porque en él veía reflejado el mío, en sus palabras también hubo encanto, episodios de mundos recorridos, conocimientos, experiencias, pasajes hermosos y también difíciles para aquel hombre que merecía ser amado, consolado en las heridas que su alma inquieta arrastraba, y aprendí a sentirlo y a quererlo.


Varias veces pedí ver su rostro y la petición fue negada. ¡Pensé! ¿acaso no quería el fantasma, que ninguna otra forma fantasmal, conociera al hombre que habitaba? Pasó así el tiempo, muchos fueron los días y los meses, las noches esperando, se encendiera aquella luz que traería emociones e inquietudes y así el arte del mundo visitó mi vida, cuadros famosos, monumentos, ¿Decían algo? No lo sabía!, entonces, en mi incasable empeño de buscar respuestas, significados. Me preguntaba: ¿Que querrían decir? Llevaban algún mensaje oculto, y en vano revisé museos, vida de pintores, escultores, arquitectos, buscando las señales ocultas, que jamás llegaban.


Hasta que un día soleado caminaba yo entre jardines y flores, mirando a intervalos la pantalla cuando sucedió lo inesperado, de pronto quedé estupefacta ante la imagen, ¡Oh Sorpresa! su rostro aparecía de golpe por las redes de ese mágico universo de navegantes, y allí estaba, anunciando su felicidad, al fin había encontrado a alguien a quien amar y me pedía que yo, su gran amiga virtual le desease gran felicidad, ese día me enteré acerca de su reciente viudez, lo cual habría sido el motivo de sus tristezas, y comprendí que él no era un monstruo, tenía rostro, tenía cuerpo hermoso, y ahora tenía un amor.


Sentí profunda pena en el instante, en mi pecho retumbaban los latidos, como galopes de caballos aprisa, indetenibles rodaron lágrimas por mis mejillas, derrumbó se la pared de un sueño inexistente, una de esas locuras increíbles de la mente. Así me dijo Adiós, así le dije Adiós, solté las amarras, cambie las velas, se fue la barca del fantasma entre los mares del Norte a recorrer otros mundos, entre cantos de sirenas, a disfrutar el perfume del espíritu de otra rosa. Esa fue la historia no tan rosa, de un sueño de amor que pereció en la nada, antes de nacer en los portales de la realidad que me rodeaba.


RAQUELINAMOR/Género cuento/Derechos reservados/Miami 2014