La intensidad de mis besos,
no está en mis labios,
está presa, en mi corazón
y cuando yo duermo, los sueños vigilan su presión
y cuando despierto, quiero un beso.
Los amantes tenemos un punto de desorden,
de incongruencia,
un abandono a la vida,
o una vuelta a ella,
una geometría conversa con nuestros cuerpos,
como tienen los genios, excesos en la vida
y un alimento eterno.
La intensidad de mis deseos,
está en el viento,
en un sí quiero y un no puedo,
en un entiéndelo como quieras,
pero yo te sigo queriendo.