Puede ser
tal vez es
Me han enseñado de manera sabia y maliciosa
a obedecer.
A partir de la mentira, todo con afán de someter,
han dividido mi ser.
A los sabios maestros de la vida, los mataron,
les fabricaron altares y templos, pero nadie
nos enseño a vivir, sino a obedecer.
Me enseñaron que somos los reyes y únicos
pensántes del planeta. ¡Mentira!
Somos los únicos animales que no sabemos
para que llegamos y para que existimos,
nos olvidamos hace ya edades de eso.
Me enseñaron que soy dueño, propietario,
amo de la tierra en que nací y que este pedazo
de tierra donde me parieron tiene un nombre
y se llama país y tengo fronteras. ¡Mentira!
Las fotos satelítales solo muestran una esfera
un tanto celeste y los restos frácmentados,
de la originaría \"Pangea\".
Me enseñaron que tanto tienes, tanto vales,
que debo competir para ganar y que estoy
obligado a eso a ganar. ¡Mentira!
Es lo que obras lo que vales y se trata
de compartir, para crecer y amar.
Me enseñaron a temer y a desconfiar de
todos y todas las formas, especies, fenómenos,
energías, especialmente de la muerte. ¡Mentira!
La muerte no existe, es solo otra forma de nacer.
Me enseñaron, a contar, a medir, controlar y valorar
el orden. ¡Mentira!
El universo es un caos colosal, que palpita inagotable,
con ritmos felices e inconscientes, de múltiples e inimáginables formas.
La creación, la vida no es más que el coito apasionado de la energía con la nada.
Me enseñaron que el tiempo es médible, continúo y líneal .
Pasado, presente y futuro. ¡Mentira!
Pués la estrellas de todas mi noches
(pasadas, presentes y futuras).
Ya no existen, estallaron, se hicieron luz, enegía,
regresaron al vientre materno de la nada.
Yo cansado de tanta mentira, me reencarné en mi propio yo
y me hice poeta, pensador de mi mismo. Me sume a las huéstes
de los \"soñadores de las profecías de la vida, para vencer las profecías del miedo\".
Soy parte del todo y de la nada.
Yo soy un vagabundo del universo.
Y ésto sí, es mi única verdad.