Huelo de tu piel, el olor a flores,
a rosas, a claveles y a jazmines,
al aliento de bellos querubines
que es fragancia en gozo de tus ardores.
Apetitosos son esos olores
que penetran del cuerpo los confines,
buscando en lo lúdico ser afines
al disfrutar del sexo sus sabores.
Y reptando por tus columnas, luego
siento en tu cuerpo la profundidad,
y abrázome en el tibio de tu fuego.
Rebozando amor solos en el lecho,
uso del tiempo su complicidad,
bebiendo la dulzura de tu pecho.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Feb.29/16