En lo cálido de una mañana brillante
quiero cabalgar los azares
de mi alma oscura y errante,
haciendo pensamientos con malabares.
Soy amante de pecho fresco
y melodía cálida que emana la locura
de un amor casi pintoresco
con unicidad de pensamientos y bravura.
La locura no es cordura en ti,
pero la cordura se ha estirado
hasta tus pelos cortos de terracota,
hasta dejar un rastro de ricura
al verte hacer ademanes de niño
risueño y juguetón.
En tus brazos delirantes he de quedar
hasta la mañana que me abriga
con tu olor impregnado para admirar
tu locura enterrada en mi alma
que solo tu ser ha podido engalanar.