Su nombre tiene aromas de la brisa
que acaricia el jardín en primavera,
de pronto llega y trae una sonrisa
plena del sol que entibia la pradera.
Es llovizna que cae dulce y lenta
en los tiempos nocturnos del tejado,
una luz que ilumina en la tormenta,
un beso por mis labios atrapado.
Su nombre, tan sutil y tan pequeño
es sombra de mis pasos en el día
y por la noche, cuando llega el sueño,
se queda a dormir en mi poesía.
Cuando el alba renace en mi ventana
es un violín que enciende la mañana.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.