Desde la inmensidad de tu cielo
inundas de amor mis mañanas
inspirando mis tibios versos
con tu corazón y tu alma
que percibo en tus ojos
en tu mirada dulce de águila.
En el cauce de tu voz
he caído desarmada
en tus manos elocuentes
en tus besos de serenatas
en la música de tus labios
y la danza de tus palabras.