Mas yo una vez perdí, tanto perdí,
que, mi amigo, pensé, de aquí no salgo
quizás, pudiera ser que yo no valgo
que la vida ya es muy triste para mí.
Y tal fue así que anduve en un letargo
dudando en lo peor, tirarme al mar,
sin nada en que pudiera ya agarrar
y liquidar aquel sabor amargo.
Y quise hasta mi vida traicionar
echando mi alma al fuego de una hoguera
huyendo de esta vida puñetera
que tan grave puñalada vino a dar.
Perder la vida contrario es a ganar,
me dije, perder lo que más quiero,
nada valdrá la pena ni el dinero,
salvo esperanza de que aún logre triunfar.
Y ahora me veo aquí tan placentero
alumbrando algún verso al caminar
y aunque el tiempo me impide ya soñar
soy muy feliz y a mí lo que más quiero.
©donaciano bueno
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