Con la virtud Marina de envolverme en tus manos.
En tu suavidad de arena de Acapulco.
Con la Mirada fresca te me subes de repente,
A la cúspide de este cuerpo que soporta tu Ausencia.
¡Ah Mujer infinita y celestial y todo!
Mujer de amurallada Belleza.
¿Qué pueden mis pobres alabanzas contra lo excelso del mundo?
Contra lo sublime e inaccesible.
Pones tu misterioso mar de piel a la orilla de mis versos.
Y me atrevo bélicamente describir lo que veo.
Sin miedo a que tus gestos me condenen o me ignoren.
Y es que
Yo solo soy un simple artesano de sonidos y letras.
Lustro adjetivos en bruto para que luzcan bonitos.
Intento ser una cámara de carne y hueso
Que capta y reproduce Metafóricamente lo que observa y palpa.
Yo solo soy una excusa que camina y respira
Con un cuaderno y un lápiz entre lo Hermosa que eres.
Nerudiano