Memoria de un beso
Una casa que habita,
un paisaje del tiempo
interna o externa ella
se instala, un alimento
que quema,
sacia lo insaciable.
La que permanece encendida
la que no se apaga,
así es
esta llama.
La externa
alcanza la memoria
y enardece al clamor y
se funden en una.
Es en ese instante, donde el beso
cobra autonomía y besa...
Como eco, retumba en espesuras,
nada es relevante,
es un estado
de cosas,
una onda expansiva
hace el movimiento y en éxtasis
despierta y besa,
en el místico sabor ,resuena ,
despertando el delirio.
Aguas liberadas, gota saludable
que refresca el sorbo,
hasta vaciar la copa.