labios estremecidos se tocan con aprehensión
al celebrar nuestro beso vírgen,
tu dulzor escondido de la percatación ciega
se derrite en tu sonrisa de euforía divina,
cual el rocío en el sol matinal en pétalos
de fragancias tímidas
tu néctar en exceso mi corazón caliente,
un sentido reservado solo para aquellos
que conozcan la mágia de un peregrinaje
hasta la más profunda esencia del amor,
nuestros labios desflorados,
volvemos en silencio a besar
a no inquietar este momento sagrado
al sellar nuestro pacto de aceptación