Mi volantín de brillantes colores
se ha elevado por el alto cielo,
desde lejos parece un caramelo
dando giros por los alrededores.
Mi volantín, siempre de los mejores,
me dejará profundo desconsuelo
saber que se irá lejos con su vuelo
ante la vista de los pobladores.
Y es que ese juguete tradicional
construido de manera artesanal
con sobrada conciencia y honradez,
será mi recuerdo al envejecer
viéndolo volar al atardecer
recordando tiempos de mi niñez.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela