Tengo toda la ansiedad al no poder encontrarte
entre tanta gente que se busca.
Por qué fijamos ese destino que nos ata,
donde no sabemos si definitivamente hemos de ser uno.
En silencio te amo.
Inmenso y complejo mi amor
baja por las vías de un tren desorientado,
y a secas muerde unos labios sin amor ni sueños
que no son los tuyos.
Pasa gente sin calmar mi dolor porque no te hallo;
pasan vendedores de frutas, de globos,
de cinturas, de malogrados días,
y la esquina de pronto se abre hacia un patio
nunca perdonado,
igual a la estación donde te esperé
y donde no estuviste.
Ahora los vendedores de ilusiones
pasan riéndose de mi pesar,
mientras yo
secretamente los maldigo.
G.C.
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