En tiempos remotos supe de castillos
Vibraba compartiendo urdimbres cómplices
Reía porque yo era mi propio motivo
Hoy, desarmada, miro a mi realidad, que quisiera correr rendida hacia atrás
Anquilosada en un gris verdugo sabe que debe acompañarme
Se espanta de mis dolores y mis vallas
Pero ha de estar aquí, esperando a que los truenos caigan.