Dejamos los celulares en silencio apoyados sobre hierba
Liberándonos de la inmediatez para sumergirnos en lo eterno
Eterno el beso, que arremetes entre luces y sombras
De esos árboles que nos protegen
Abrazas mi cuerpo y por defecto mi alma
Mientras fluye del recipiente al mate
Esa yerba querida, que impaciente espera
El abrazo del agua, que la enciende,
Sacando el más preciado aroma
Liberando su sabor agradable.
Ríes y de tanto reír te duelen las mejillas
Como a mí los ojos de no pestañear
Por querer retenerte en la retina
El mundo pasa y los bits vuelan a los celulares
Conversaciones, llamadas y quien más sabe
Nos esperan
¡Y que esperen!
Ya que compartimos el mágico ritual
De cebarnos unos ricos mates
Liberándonos de la inmediatez para sumergirnos en lo eterno