Como lo que veo
mujeres, tiendas, ropa,
envidias de la gente,
amores de parejas,
declaraciones de políticos,
comerciales de televisión,
tristezas familiares,
fanatismos religiosos,
pugnas sin sentido,
glorias de ganadores,
libros, sangre, abusos,
reclamos, himnos, resos,
demandas, gritos, sonrisas,
todo, todo me lo como,
porque lo veo,
porque no lo veo,
porque tengo que comerlo,
porque se me impone.
A veces me indigesto, otras
me repito, o convido.
También eructo y vomito.
Como me venga,
tengo que aceptarlo.
Dicen que así madura uno,
y yo creo que sí.
Todo, todo a mi derredor,
tengo que aceptarlo,
tengo que engullirlo,
digerirlo, hacerlo mío,
volverme parte de él.
En esta comida nadie
está invitado, pero todos
comen. No pueden,
dejar de hacerlo.