El lunar que hay en tu mentón
me invita a contemplarte.
A soñar en ti, a naufragar en tus ojos,
en tus delgados labios
en el néctar de tu boca
El sólo tenerte cerca
a mi imaginación provoca
y te quisiera ya abrazar.
Decir cuánto te quiero,
enredarme en tu cabello,
y en los bordes de tu almohada
me quisiera acurrucar.
Pero debo esperar a que notes
que me gustas.
A que mires cuanto tiemblo
por quererte acariciar.
Me tendré que conformar
a seguir siendo tu amigo
y en los versos de un poema
mi pasión tranquilizar.
© Armando Cano.