Me muero por volver a aquella noche,
Verte de cerca, descubrir tu carne,
Tocar todas las notas de tu cuerpo
Sin llegar a tocarte.
Quisiera amarrarte y rozar tu espalda
Con ansias de mis manos vacilantes,
Quizá sentir que se acaba la vida
Pero prosigue el baile.
Y me llega tu cara y tu destello,
La intimidad de aquella sombra. Nadie
Pudo ver que el amor se hacía viento
Entre nuestros andares.
Llegas a mí otra vez, como un disparo
Para hervirme la cintura y la sangre
Y siento que aquel día me olvidé
En tu cuello mis fauces.
Volveremos a vernos de seguro
Y cuando eso suceda, Dios, ¡prepárate
Que no te soltaré de entre mis brazos!
Que no sea muy tarde...